domingo, 27 de marzo de 2011

La filosofía de los momentos



Y me despierto sabiendo que es tarde para escribir. Los debes y no has hecho, estos pensamientos que siempre están conmigo, como yo; que no puedo olvidarme de esta presencia consciente, de este yo que muda perspectivas para no abrumar, caminar, nadar o volar, cualquier verbo que implique retórica. Todas las horas bailan al estilo de Louis Armstrong o La Sonora Dinamita según el termómetro de mis sentimientos que no se cansan de existir. Salen victoriosos ya sea para la tristeza o la alegría, cualquier momento es bueno para exhibirse: galantes o avergonzados, itinerantes, gitanos, no sé si irreverentes porque nunca opuse algún respeto.
Mis pensamientos son esos constantes transversos (perversos), inquietos (siempre), cariñosos (ocasionales). Me levanto pensando que estoy en la cumbre de un libro gigante que no he leído pero me he posado en él como un ave que busca su sombra. 

Imagen http://hcante.deviantart.com/art/Libertad-192241201 (a propósito de la libertad)