Tiene la tenacidad de un cerro;
sus muslos recorren montañas,
Salva sus sueños de la huida;
Cobija y nombra sus miedos.
Rompe furiosa a quien quiera atarla.
Su presencia es ceiba y Gingko;
la tierra que toca se vuelve fértil.
Su casa es la infancia y la madre sabia.
En raíces robustas acepta los cambios,
Reconoce en su rostro la fuerza,
Su voz sostiene la nota del corazón.
Ha extendido en sus alas todos los colores.
¿Cuál es el secreto de su poder?
¿De dónde emana su miel?
Ve en el espejo su humanidad
Y acepta en ella a todas las diosas
Myrcrisher