No reaccionó fácil ante la felicidad. Se presentó tan inhumana que no alcanzó a respirarla. La supo cerca del más profundo dolor que es gozo, dicha, del querer llorar y reír al mismo tiempo.
Las mariposas revoloteaban sobre los frondosos árboles llenos de pensamientos que no parecían ser serios.
Los triunfos del corazón duran tan poco y se recuerdan bastante.
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