Hay tiempos para nacer;
ajusta la hora, ve el avión partir
Hay tiempos para morir;
recuerda las cuerdas, la canción
hay tiempos para plantar;
regresión, silencio, derrota.
Si yo que tengo latidos escucho al ángel llorar
el anuncio de su llegada con trompetas;
todo lo sufre, todo lo espera.
También la ilusión escucha a la muerte
las calles sin nombre, sin lágrimas
el amor que nunca deja de ser
aunque finjan detenerlo.
Sobre los montes...
no, no hay lágrimas
los pies del mensajero;
lleva el mensaje de su encuentro
circula inalcanzable
y se pierden
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