viernes, 15 de julio de 2011

Foto de un día en la Ciudad de Guatemala

Lo primero que vi al despertar fue la cara de mi gata observándome. Normalmente se duerme a mis pies por lo que fue extraño encontrar esos dos ojos azules vigilantes. Entre pensar que las cintas de mis zapatos que lavé el día de ayer no combinaban con el “blanco” de mis chapulines y memorizar un exquisito poema de Octavio Paz, emprendí viaje hacia las calles de mi Ciudad. Tenía antojo de caminar (por no decir que no sabía qué camioneta tomar). 
De la terminal me fui caminando hacia el Parque de la Industria para visitar la Feria Internacional del Libro, FILGUA. Y cuando digo caminar quiero decir ir viendo para todos lados, cambiarme con frecuencia de banqueta y hacer caso omiso de los hombres libidinosos que siempre tienen un comentario que hacer hacia su objeto femenino. Hablando de femenino La Marimba Femenina de Concierto del Ministerio de Cultura y Deportes estuvo increíble, no había mucha audiencia pero los pocos aplaudíamos con mucho entusiasmo, el maestro de ceremonias (¿o se dirá presentador?) jovialmente nos felicitó por ser un buen público, me llamó la atención su estilo tan formal y al mismo tiempo cómico, describía la pieza y añadía comentarios tan simpáticos. Escuché El Ferrocarril de los Altos, La Marcha turca de Mozart y el son Flor del Café. Me llamó la atención observar a una señora ya de edad avanzada que sacó a bailar a uno de los señores que estaban disfrutando de la marimba; fue en realidad tierno y pues como todo un caballero (menos mal) el señor aceptó  bailar con ella. Me encantó el gesto. A veces cuesta “atreverse” a hacer las cosas, por pena y el qué dirán; es una de mis tantas luchas, pero yo la vi y la admiré, vi en su rostro la sonrisa triunfante.

El almuerzo consistió en un pincho de pollo con barbacoa delicioso; un apapacho a mis sentidos. Después de ver unos libros y desanimarme por el poco presupuesto para comprar todos los libros que me hubiera gustado, visité la Editorial Cultura, libros de autores guatemaltecos e hice una excelente compra: “La Rafaila y La Chenta” de Enrike Wyld, una tragicomedia que aborda las situaciones sociales de Guatemala posterior al terremoto, r e c o m e n d a b l e. (Y sólo me costó Q35). Aunque no tenían nada de Otto René Castillo, ni de Augusto Monterroso, ni de muchos autores más, pero bueno… Iba a sentarme a la banca fuera de filgua cuando
 - señorita la salida es del otro lado dijo el guardián
 - voy a la banca – dije
Al final me quedé pensando si a lo mejor fui ruda con él, si es que él quería ser amable y mostrarme la salida o era porque como garante del orden no dejan caminar más allá… pero me enoja tener más centros comerciales que parques, menos lagos y bancas, lugares para hacer pic-nic. Obviamente las colonias residenciales tendrán sus parques “privados” pero esa sensación de encierro para sentirnos “seguros” es tan decepcionante, me hubiera gustado decirle al guardián: señor, déjeme imaginarme que estoy en un lugar libre.

Caminé a la reforma y tomé la 101, destino: 6 Avenida de la Zona 1. Es porque ahora está bien chilera y hay un cafecito “Café Casa” que me gusta mucho. Hechos relevantes de dicha visita: Un policía de Emetra gritándole a un piloto de vehículo blindado que transporta dinero, estaba enfrente del banco y el policía le pedía a gritos que se estacionara en otro lado. En eso una señora  me dice:
.- ¡Qué policía tan tonto!, cómo se le ocurre que el camión se va a estacionar en otro lado, ¡Cómo van a caminar con tanto dinero!

A mí la escena se me hizo muy graciosa. Es que al final el piloto no le hizo caso al policía, el policía gritaba, nosotros (la gente) mirábamos mientras esperábamos la luz roja para caminar y la calidez que se siente al platicar entre extraños, comadres peatonales, no sé cómo explicarlo, es “pintoresco”. En la camioneta de regreso un señor cantaba canciones de Facundo Cabral en guitarra, le dimos su quetzalito y voy a decir que no sé si es por la ruta o qué, pero a mí me pareció el transporte público muy armónico. Es decir, se espera lo que se espera, hizo bien la parada, obviamente ya en la tarde/noche hay más gente y se va uno parado, pero pues nada, todo bien. La gente no sonríe mucho cuando va en camioneta eso sí, ya sea porque está cansada, pero también pasa que si uno anda ahí risueño cuando menos siente le están echando el ojo (para robar digo), algunos se van durmiendo, es algo…cotidiano. Quiero aprovechar para recomendar las pizzas de Q5.00 de Al Macarone, d-e-l-i-c-i-o-s-a-s.

Es linda mi Guate, a pesar de,  así y con toda esa sombra oscura, la violenta calle, la psicosis, colectiva, no sé, hoy disfruté convivir con tantos extraños que no lo eran porque compartimos la misma calle, somos igual de vulnerables, pero había algo en el ambiente que daba un espíritu de unidad.

Eso es todo por hoy, mi propósito de este año es fijarme más en lo que vivo y  por eso ahora estoy viendo que ondas con la fotografía. No ha salido ninguna buena foto pero sí que estoy aprendiendo mucho con todo esto de la observación.

jueves, 30 de junio de 2011

Historias olvidadas



La locura en términos de privación del juicio o uso de la razón viene a ser la razón por la cual las personas que sí cuentan con el juicio deciden como colectivo social excluirlas por el peligro que les representan, así pues se logra identificar gracias a la ciencia quienes están o no facultados mentalmente. Pues hace poco visité el Hospital Nacional de Salud Mental Federico Mora, el cual es el único Hospital Psiquiátrico Nacional con una capacidad para albergar aproximadamente 330 pacientes (muy poco me parece para 14 millones de habitantes). Al entrar lo primero que observé fueron muchos guardias, lo cual llamó mi atención (pero más adelante comentaré), las instalaciones antiguas, algunas paredes de color verde, azul, gris, un tono lúgubre. Vi poco personal pero percibí que no habían muchos jóvenes, más bien personas que ya llevan  años de trabajar en el lugar. De hecho le pregunté a la secretaria de consulta externa y me dijo que llevaba ya 26 años.  La Directora tenía en su rostro un aspecto severo como quien tiene el poder y quiere que la gente lo sepa. Escuchamos muchas historias, tantas y tan variadas. La situación es difícil porque no hay suficiente presupuesto pero sobretodo porque ahí conviven los detenidos por algún crimen que son reportados como enfermos mentales y en esto es que quiero hacer hincapié. Son 82 detenidos y declarados enfermos mentales, por cada detenido hay dos guardias encargados de "vigilarlos" lo cual explica la cantidad de guardias que encontré en la entrada, haciendo nada.

Me parece completamente "sin sentido" tener a tantos guardias confinados en un espacio y sin mayor labor, no sería más lógico tener un espacio sólo para los detenidos, que no convivan con los otros enfermos y delegar menos guardias pero que estuvieran encargados de todos los enfermos. Escuché comentarios de  guardias que violan a las pacientes, o que no se encuentran cuando tiene que transferir a un detenido.Nadie hace demandas, nadie parece prestarle importancia a este grupo. Visitar el pabellón y observar las precarias condiciones, los pacientes están ahí parados, sin ningún entretenimiento. Es cierto que viven en otro mundo pero no proveerles de algún tipo de estímulo me parece que no es la mejor manera de que las personas vivan, porque son personas y por que viven. Son tantos los grupos excluidos y dentro de éstos aún más los que no interesan a la sociedad, los que no tienen voz ni quién vele por ellos, pero que siguen teniendo un derecho humano, un derecho a su dignidad.

martes, 31 de mayo de 2011

Entre líneas duerme mi Guate

Pretender, de que otra manera se podría iniciar la lucha por arreglar estos deformes pensamientos que haraganes duermen en la sala de mis adentros. Desempolvar, acaso darle un nombre a esta aspiración que me acompaña siempre: En la parada de la camioneta, en el paisaje de un viaje en carretera, en la espera entre un sartén o una línea en el Banco.

En Guatemala vivimos entre líneas (in)visibles. La diferencia de clases, las brechas rico-pobre son tan inquebrantables que ya no pensamos del por qué existen. Se aceptan como se aceptan las tablas de multiplicar. Ese no pensar se va traduciendo en prácticas coloquiales que se resumen en un intercambio de frases sobre la difícil situación del país, lo corruptos que son los políticos, aquí no se puede vivir, etc. Al principio, digamos hace unos 15 años, yo pensaba que era en serio que nos preocupaba. Creía que si todos estábamos preocupados sobre el tema habría algo que se podía hacer, claro que no voy a detallar en que otras cosas creía que con el tiempo fui descubriendo inciertas.  Y a que va todo este preámbulo,  a que a lo mejor la razón de este impase, de lograr un cambio, una sociedad más equitativa es simplemente por la inacción tanto mental como física que se da porque no hay una fuerza que la empuje, el detonante, el efecto que produzca moverse de la silla. Ahora bien podríamos entrar en todos los aspectos sociológicos e históricos que darían una gama de respuestas del por qué estamos como estamos y no es de eso de lo que quiero hablar  (aunque también pero otro día) sino en si debería importarnos escoger una ideología. ¿Es la falta de ideología la que no nos permite avanzar? ¿Deberíamos escoger entre una izquierda o una derecha, sentirse liberal o demócrata, creer en los matices o ser radicales? Y  que pasa, que entre que se es uno u otro, el pobre sigue siendo pobre y las líneas que nos separan, vacíos que los poetas lloran y "otros" aprovechan para fines personales.

miércoles, 27 de abril de 2011

Rayuela y yo

Pues resulta que tengo el propósito en este año 2011 de escribir al menos una vez al mes y ya que pronto llegará mi fecha de vencimiento y desafortunadamente no ha llegado ninguna ave a la ventana de mi inspiración he decidido compartir un poco sobre la lectura tan oportuna que terminé en este mes de abril y sus consecuencias musicales :)

Rayuela: Es hasta el momento uno de mis libros favoritos. Julio Cortázar es de esos autores que al sólo empezar la lectura se sabe que van a cautivarte de principio a fin. Sus palabras traspasan las barreras del tiempo y de una manera tan natural te hace parte de sus letras, como si al descubrir el pensar de un personaje como el de Oliveira te hiciera cómplice y es imposible no identificarse con alguno de los personajes. Este libro me ha enseñado a ver más allá de la novela y entre tantas otras cosas desarrolló en mí una curiosidad por el jazz. No que antes no lo haya escuchado pero es ahora que adquiere un particular y sediento interés. Empecé con Benny Carter, Bessie Smith y de ahí he podido conocer a Benny Goodman, Louis Armstrong, etc. He de confesar que me gusta más el bebop que ya me habían presentado antes con Dizzy Gillespie, pero creo que aún me falta explorar este género musical tan sublime (sí, sublime es una de mis palabras favoritas). Yo no era de las personas que se interesaran mucho en la música y esto ha cambiado en este año, es sorprendente lo que se puede ganar cuando se es capaz de salir del cuadro y explorar más allá de lo conocido, nunca se sabe cuando se va a topar uno con gratas sorpresas como la voz sorprendente de Ella Fitzgerald. 

Pero Rayuela no es solo Jazz y me quedo corta en palabras, pero deseo por último compartirles una canción que menciona Rayuela, francesa, de un género musical que desconozco (si saben me dicen), es fácil imaginar a la Maga cantándola.
"Menos mal que cuando venga Horacio ya habré limpiado, pero primero tenía que escribirte, llorar así es tonto, las cacerolas se ponen blandas, se ven como halos en los vidrios de la ventana, y ya no se oye cantar a la chica del piso de arriba que canta todo el día Les amants du Havre. Cuando estemos juntos te lo contaré, verás. Puisque la terre est ronde, mon amour t'en fais pas, mon amour, t'en fais pas...Horacio la silba de noche cuando escribe o dibuja." Capítulo 32
 






domingo, 27 de marzo de 2011

La filosofía de los momentos



Y me despierto sabiendo que es tarde para escribir. Los debes y no has hecho, estos pensamientos que siempre están conmigo, como yo; que no puedo olvidarme de esta presencia consciente, de este yo que muda perspectivas para no abrumar, caminar, nadar o volar, cualquier verbo que implique retórica. Todas las horas bailan al estilo de Louis Armstrong o La Sonora Dinamita según el termómetro de mis sentimientos que no se cansan de existir. Salen victoriosos ya sea para la tristeza o la alegría, cualquier momento es bueno para exhibirse: galantes o avergonzados, itinerantes, gitanos, no sé si irreverentes porque nunca opuse algún respeto.
Mis pensamientos son esos constantes transversos (perversos), inquietos (siempre), cariñosos (ocasionales). Me levanto pensando que estoy en la cumbre de un libro gigante que no he leído pero me he posado en él como un ave que busca su sombra. 

Imagen http://hcante.deviantart.com/art/Libertad-192241201 (a propósito de la libertad)

lunes, 28 de febrero de 2011

Nocturnal

Hace algunos meses llegó a la oficina. Su sonrisa era tímida y con ella saludaba a todos, caminaba hacia el cubículo con un semblante de contento. El abogado recibió el cuadro mientras yo pensaba lo bizarra que era su pintura: En tono azul pitufo un hombre agarrándose los testículos con un gesto de dolor. Creí que habían colgado la pintura solo para aparentar amabilidad, que después la quitarían, pero hay imágenes que se rebelan y ahí se quedó, denunciando un sentir.
El joven, aunque no tan joven pero tampoco señor (un joven-señor) empezó a contarle con clara confianza, su expresión era la de un vínculo que sólo ellos podrían comprender:
 –Ala mano vieras al salir yo no sabía qué hacer; llegué a mi casa y raro vos, andaba de un lado a otro, como nervioso y aburrido. Mi tío me prestó su carro y me puse a manejar, horas, sólo manejaba, viendo toda la ciudad transformada, las calles me perdían sí, andaba perdido. (A lo mejor era una sensación de libertad, pensé).

Hace poco vi una pintura que  causó en mí emociones extrañas. Es extraño que algo inmóvil, inerte, transmita sensaciones de la nada, eso que le llaman arte y que aún no entiendo.

Eran sus colores perdidos en el negro, viendo el mundo transformado, llamando a la razón que no atiende.

domingo, 9 de enero de 2011

Libros leídos en el 2010



De todas las aventuras del 2010 la más emocionante fue reencontrarme con la pasión por la lectura. Cada uno de estos libros ha dejado huella en mí (exceptuando Trilogía de Nueva York de Paul Auster y La Violeta de Prater de Isherwood). Dicen que cada libro tiene su riqueza y he aprendido a respetar a los autores sin saltearme partes (que a veces me hubiera gustado). 

Cuando un libro me daba mucha tarea (como Gulliver's Travels por haberlo leído en inglés o el ensayo de La Historia Desgarrada por su bagaje histórico y referencia a autores que no he leído) tendía a pausar la lectura hasta agarrar nuevas fuerzas pero al final los logré terminar, es como un deporte, con sus propios retos literarios.


Dicen que hay que leer mucho antes de poder escribir, así que otro de los retos del 2011 es animarme a hacer alguna reseña, ya se las estaré compartiendo.

Y ahora con ustedes (sonido de tambores) los libros del 2010:

1.  La Seducción de las Palabras – Alex Agriledo
2.  La Historia Desgarrada- Enzo Traverso (ensayo)
3.  El Jardín de las Dudas – Fernando Savater
4.  Identidades Asesinas - Amin Maalouf
5.  Niebla – Miguel de Unamuno
6.  Amor y Pedagogía – Miguel de Unamuno
7.  Cómo se hace una Novela – Miguel de Unamuno
8.  La Tía Tula – Miguel de Unamuno
9.  La Agonía del Cristianismo – Miguel de Unamuno
10.  Marianela – Benito Pérez Galdós
11. Miau – Benito Perez Galdós
12. El Extranjero – Albert Camus
13. 1984- George Orwell
14. A Sangre Fría – Truman Capote
15. Gulliver’s Travels – Stefan Swift
16. Tristana- Benito Pérez Galdos
17. La rebelión de la Granja- George Orwell
18. El Día que Nietze lloró - Irving D. Yalom
19. La Violeta de Prater- Christopher Isherwood
20. La Conducta de los Animales - J.D. Carthy
21. Trafalgar- Benito Pérez Galdós