miércoles, 5 de octubre de 2011

Las Buenas conciencias - Carlos Fuentes



A lo largo de la historia el autor de manera clara, sencilla, profunda describe las incoherencias, la moral, los prejuicios, las apariencias, las acciones en que la Biblia ha sido traducida. En un contexto que por ser mexicano llega a mí muy cercano ya que como países vecinos compartimos  una historia similar. Me gustó el estilo del autor haciéndonos partícipe de los pensamientos y sus distancias.

Me pareció revelador encontrar la historia de un niño que se vuelve adolescente y que encuentra en las palabras, en las letras a la ideología, a la religión, al mundo pero que estando él en el propio debe de sufrir una crisis que le permita decidir.

El entorno es cierto, nos da un sitio, es la inercia sin resistencia, pero si la cuestionamos nos encontraremos ante una crisis, es lo más que pueden lograr las letras, de ahí todo es una decisión personal.

Fue inevitable remitirme a una lectura que hace unos meses realicé de Herman Hesse, en la novela Demian hay una frase que dice así:

"Quería tan sólo intentar vivir lo que tendía a brotar
espontáneamente de mí. ¿Por qué había de serme tan difícil?"

Si comparamos, ambas lecturas tratan de un niño que conforme va creciendo tiene la oportunidad de cuestionarse, hacerse preguntas vitales, esas preguntas que muchos pasan de largo, sin prestar atención, pero que implican para los que la asumen, ver la realidad de distinta manera y atreverse (o no) a tomar decisiones que cambien el rumbo de su inercia.

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