Esta es la historia de años que se robó el azar y decidió
recrearla en un día
La mirada,
la mano en su hombro, el baile, la risa, misterios acortados
La timidez no tuvo tiempo de jugar, las palabras imaginaban
lugares que se desvanecían
Los besos mordaces en silencio gestaron la síncopa
de un hola y un adiós.
Y dijo Dios hagamos del azar un acuario y lo
convirtió en pez fluorescente
De su brillo surgió una mariposa y de sus colores brotó
un ser con alas invisibles
Mi vida, árbol sin frutos se convirtió en tierra de
canción al ritmo de dos corazones
Fresco detalle, suéter para un invierno tierno,
sonrisas que parecían imposibles
Al reloj de arena le puse sal para recordar la
estatua que no quiero ser
vino el dolor con la posibilidad del ágape, porque
el dolor siempre sitúa
cambiar el mundo ahora es sostenerme firme para no
hacer de las dudas un huracán
y que los nuevos tiempos formen vientos apacibles,
frutas tropicales: vida
myrcrisher