En mi casa abunda el silencio. Aunque el tema del silencio es para otro post, hago la referencia que en mi casa es difícil encontrarme con una buena conversación.
Cuando llegan visitas los temas varían entre la última travesura de los niños, el relato de las actividades pasadas, planificar nuevas, si alguien se enfermó cómo siguió, qué rica está la comida, ya va a ser el cumpleaños de...
Nada sorprende, todo lleva su curso como río hacia el mar de la cotidianidad y a mí me vence una inercia casi hipnótica que me dirá lo que es propio contestar y me dará la libertad de retirarme y pasar desapercibida. Debo confesar que no tengo interés en cambiar ésta apatía, quizá porque a veces también relaja, desconectar la mente. Pero es algo que percibo no sólo en mi casa sino en muchos espacios, más de lo que a mí me gustaría.
"Pasó el día como un zombie, haciendo las cosas mecánicamente, sorprendiéndose de lo organizada que era la vida, de lo poco que había que poner de su parte para que las cosas más o menos funcionaran, de lo nada que los demás se dan cuenta de lo que a uno le está pasando."
Eduardo Villagrán- En el Camino Andamos.
Al final creo que ésa es la razón por la que las buenas conversaciones dejan una huella muy placentera. Porque no somos muy escarbadores de la vida. Cuesta romper rutinas aún si es para nuestro beneficio, pues no hay cosa más hermosa que ese momento en que los ojos se iluminan al compartir ideas, sentimientos, intimidad.
"No se lee ningún libro sin que éste tenga alguna clase de repercusión. Exactamente igual que una conversación seria o un encuentro importante siempre tienen sus consecuencias. No se habla profundamente con alguien sin que quienes dialogan vivencien algo, o incluso, diría yo, sin que algo cambie en ambos."
Eric Fromm-El amor a la vida
Así es que yo me declaro amante de las buenas conversaciones. ¿Qué es una buena conversación? yo lo comparo con un beso, aunque he de aclarar que no estoy diciendo que sólo se pueden tener buenas conversaciones con el sexo opuesto, trasciende el tema de los sexos, pero hago la comparación porque es una combinación eros-ágape, arte, perfección; como un beso que lleva un ritmo (los dos tienen la oportunidad de hablar), armonía (se sienten escuchados), confianza (nadie juzga), las palabras van jugando con las otras hasta lograr una chispa que enciende la mente y te sacude, entonces la conversación es pasión.
"...un intelectual puede decir algo extraordinariamente ingenioso, pero a uno lo aburre. Y alguien mucho menos brillante puede decir algo muy simple y uno no se siente aburrido, sino estimulado, porque expresa vida. Lo que atrae es siempre lo vivo."
Eric Fromm, El amor a la vida
Para cada persona habrán diferentes factores los que vayan armando su conversación placentera. Comparto algunos de los míos:
- Lejos de criticar personas, hay ideas fuertes sobre cómo se ve la vida, lo que le gustaría cambiar o mantener, una crítica de su entorno, su espacio, su ser.
- Preguntas curiosas, ingeniosas, espontáneas
- Cuando comparte algo que no había compartido nunca y sus gestos están vulnerables, expuestos. Uno no sabe cómo agradecer, cómo decirle que sus palabras valen oro y que están seguras.
Es difícil explicarlo, sólo sé que para mí son arte, porque no se encuentran a la vuelta de la esquina, tienen su mística, transforman, expresan lo que la cotidianidad no puede.
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