domingo, 27 de marzo de 2011

La filosofía de los momentos



Y me despierto sabiendo que es tarde para escribir. Los debes y no has hecho, estos pensamientos que siempre están conmigo, como yo; que no puedo olvidarme de esta presencia consciente, de este yo que muda perspectivas para no abrumar, caminar, nadar o volar, cualquier verbo que implique retórica. Todas las horas bailan al estilo de Louis Armstrong o La Sonora Dinamita según el termómetro de mis sentimientos que no se cansan de existir. Salen victoriosos ya sea para la tristeza o la alegría, cualquier momento es bueno para exhibirse: galantes o avergonzados, itinerantes, gitanos, no sé si irreverentes porque nunca opuse algún respeto.
Mis pensamientos son esos constantes transversos (perversos), inquietos (siempre), cariñosos (ocasionales). Me levanto pensando que estoy en la cumbre de un libro gigante que no he leído pero me he posado en él como un ave que busca su sombra. 

Imagen http://hcante.deviantart.com/art/Libertad-192241201 (a propósito de la libertad)

lunes, 28 de febrero de 2011

Nocturnal

Hace algunos meses llegó a la oficina. Su sonrisa era tímida y con ella saludaba a todos, caminaba hacia el cubículo con un semblante de contento. El abogado recibió el cuadro mientras yo pensaba lo bizarra que era su pintura: En tono azul pitufo un hombre agarrándose los testículos con un gesto de dolor. Creí que habían colgado la pintura solo para aparentar amabilidad, que después la quitarían, pero hay imágenes que se rebelan y ahí se quedó, denunciando un sentir.
El joven, aunque no tan joven pero tampoco señor (un joven-señor) empezó a contarle con clara confianza, su expresión era la de un vínculo que sólo ellos podrían comprender:
 –Ala mano vieras al salir yo no sabía qué hacer; llegué a mi casa y raro vos, andaba de un lado a otro, como nervioso y aburrido. Mi tío me prestó su carro y me puse a manejar, horas, sólo manejaba, viendo toda la ciudad transformada, las calles me perdían sí, andaba perdido. (A lo mejor era una sensación de libertad, pensé).

Hace poco vi una pintura que  causó en mí emociones extrañas. Es extraño que algo inmóvil, inerte, transmita sensaciones de la nada, eso que le llaman arte y que aún no entiendo.

Eran sus colores perdidos en el negro, viendo el mundo transformado, llamando a la razón que no atiende.

domingo, 9 de enero de 2011

Libros leídos en el 2010



De todas las aventuras del 2010 la más emocionante fue reencontrarme con la pasión por la lectura. Cada uno de estos libros ha dejado huella en mí (exceptuando Trilogía de Nueva York de Paul Auster y La Violeta de Prater de Isherwood). Dicen que cada libro tiene su riqueza y he aprendido a respetar a los autores sin saltearme partes (que a veces me hubiera gustado). 

Cuando un libro me daba mucha tarea (como Gulliver's Travels por haberlo leído en inglés o el ensayo de La Historia Desgarrada por su bagaje histórico y referencia a autores que no he leído) tendía a pausar la lectura hasta agarrar nuevas fuerzas pero al final los logré terminar, es como un deporte, con sus propios retos literarios.


Dicen que hay que leer mucho antes de poder escribir, así que otro de los retos del 2011 es animarme a hacer alguna reseña, ya se las estaré compartiendo.

Y ahora con ustedes (sonido de tambores) los libros del 2010:

1.  La Seducción de las Palabras – Alex Agriledo
2.  La Historia Desgarrada- Enzo Traverso (ensayo)
3.  El Jardín de las Dudas – Fernando Savater
4.  Identidades Asesinas - Amin Maalouf
5.  Niebla – Miguel de Unamuno
6.  Amor y Pedagogía – Miguel de Unamuno
7.  Cómo se hace una Novela – Miguel de Unamuno
8.  La Tía Tula – Miguel de Unamuno
9.  La Agonía del Cristianismo – Miguel de Unamuno
10.  Marianela – Benito Pérez Galdós
11. Miau – Benito Perez Galdós
12. El Extranjero – Albert Camus
13. 1984- George Orwell
14. A Sangre Fría – Truman Capote
15. Gulliver’s Travels – Stefan Swift
16. Tristana- Benito Pérez Galdos
17. La rebelión de la Granja- George Orwell
18. El Día que Nietze lloró - Irving D. Yalom
19. La Violeta de Prater- Christopher Isherwood
20. La Conducta de los Animales - J.D. Carthy
21. Trafalgar- Benito Pérez Galdós

miércoles, 5 de enero de 2011

San Silvestre, La Carrera

El sol imponente; cargando su ardor, nosotros. Miles de personas desconocidas en vestuarios deportivos de todo tipo y color. Disfraces que inyectan al ambiente risas comunes, espíritu de fiesta aunado con expectativas, nervios. Amateurs y profesionales, juntos en una carrera que cita siempre un 31 de Diciembre, un día que crea  magia y por ello la hace distinta a cualquier otra.

-¿Y ganaste? Preguntan los que no conocen. Ganar para nosotros “corredores por hobby” es llegar a la meta o rebasar el tiempo de nuestra última vez, depende de la intensidad de cada uno.
 La intensidad de esta carrera incluye las miles de personas participantes, las porras durante todo el trayecto, los disfraces y por supuesto las buenas voluntades.

Es una tradición para mí y mi familia y por ello crea una identidad. A los 16 años pensaba que dependiendo de qué tan bien corriera, así de genial o no iba a ser mi vida el próximo año. Me alegra no pensar igual porque ésta última terminé casi gateando.

Hay algo en lo nuevo que causa expectativa. Es una ilusión que necesitamos. Es la esperanza de algo mejor. Es también la oportunidad de dejar el pasado que no nos gusta y creer que damos un paso hacia la evolución de nuestras personalidades. ¿Será éste el sonido que escuchamos cuando disparan para avanzar esos 10 afanosos kilómetros con gritos de “feliz año” “vamos, vamos”? No lo sé, pero sí sé que cada vez que la corro recibo un “vamos niña, ya falta poco”, viejas caras conocidas, extraños que se vuelven cómplices en esta aventura; sobretodo cuando se experimentan toda clase de sensaciones físicas no sólo el agotamiento, a veces dolores en los músculos, calambres, cosquilleos en las manos, insolación y un deseo ya sea a la mitad o al final de rendirse… ahí en ese estado de agitación, nace un empuje cuando las fuerzas se agotan, casi como un super poder que nos hace sentir héroes, conquistadores de nuestras propias barreras.
 
Es un lugar común el pensamiento que nos hace coincidir sin contradecir que una carrera se compara fácilmente con la vida. Queremos metas, queremos sentir que avanzamos y en la carrera hay una claridad de hacia dónde se quiere llegar y cómo lograrlo. Es un buen ejercicio no sólo físico sino mental, que deja esas pequeñas satisfacciones que para algunos, como yo, son importantes.

martes, 5 de octubre de 2010

Leí, leo, leeré

Si mi memoria no me falla, el interés de la lectura comenzó cuando tenía 15 años. Empecé con libros como "Aquella Noche y El Último Viaje" del Padre Fernando García, luego Cuentos de Eva Luna de Isabel Allende, entre otros cuantos más. Sin mayor tutoría que el azar, no he sido una lectora muy asidua y las ocupaciones fueron dejando atrás esta pasión escondida... hasta ahora:


1. La Trilogía de Nueva York – Paul Auster
2. El Vuelo del Faisán Herido – Francisco Pérez de Antón
3. La Vaca – Augusto Monterroso
4. Literatura y Vida – Augusto Monterroso
5. Sobre Héroes y Tumbas – Ernesto Sábato
6. La Peste – Kafka
7. Ficciones – Jorge Luis Borges
8. El Sí de las Niñas – Leandro Fernández de Moratín
9. Lolita – Vladimir Nabokov
10. Un Mundo Feliz – Aldous Huxley
11. El Retrato de Dorian Grey – Oscar Wilde
12. El Fausto – Goether
13. Don Quijote de la Mancha – Miguel de Cervantes
14. Rayuela – Julio Cortázar
15. Narraciones Extraordinarias – Edgar Allan Poe
16. Hamlet – William Shakespeare
17. El Enfermo Imaginario – Molliére
18. El Médico a Palos – Molliére
19. El Espectador – José Ortega y Gasset
20. La Revolución de las masas – José Ortega y Gasset
21. Vigilar y Castigar – Michel Foucault
22. Por quién doblan las campanas – Ernest Hemingway
23. La Conducta de los Animales - J.D. Carthy
24. Los Intereses Creados – Jacinto Benavente
25. Trafalgar – Benito Pérez Galdós
26. Cuentos Rusos
27. Dubrovski – Alexander Pushkin
28. Los Relatos de Belkin – Alexander Pushkin
29. Antología – Gustavo Adolfo Bécquer
30. Alicia en el país de las maravillas – Lewis Carroll
31. Pensamientos – Marco Aurelio
32. Doña Perfecta – Benito Pérez Galdós
33. El Callejón de los Milagros – Naguilo Mahfuz
34. Werther de Johann wolfgang Von – Goethe
35. Las Historias de Berlín – Cristopher Isherwood
36. Sinuhé El Egipcio – Mika Waltari
37. El filo de la Navaja – W. Sommerset Maughn
38. El Manantial – Ayn Rand
39. La Sala Número 6 – Anton Chejov
40. El tiempo principia en Xibalbá – Luis de Lión
41. Los Compañeros – Marco Antonio Flores
42. La vida es sueño – Pedro Calderón de la Barca
43. El Alienista – Machado de Assis
44. Las Aventuras de Sherlock Holmes – A.C. Doyle
45. Las Aventuras del Barón Munchausen – Raspe
46. Las Buenas conciencias – Carlos Fuentes
47. La región más transparente – Carlos Fuentes
48. Mrs. Dalloway – Virginia Woolf
49. Cuatro años en París – Victoria Kent
50. Persona y Democracia – María Zambrano




domingo, 27 de junio de 2010

zelus, desahogo I

No sé si el contenido de mis sentimientos se vierte en la filosofía o la psicología, pero no quiero inventarles una cerca para darles sentido. Hoy me parece ver la realidad y la ilusión en perfecto equilibrio; unidas en esa línea que todos pisan: Algunos dándole apellido, otros ignorando su existencia. Cuando les doy espacio, pierdo noción de mi identidad; no me reconozco, culpo al pasado y le invento una fina e inteligente producción, criatura de espanto. La dibujo y la alojo en la habitación ficticia de mi ser, en la que imagino que existe la luz y la sombra haciendo pulso. Fabricándolos así, evito la penosa tarea de definirme
Duerme la razón que no dirige, pájaro escondido en techos de ladrillo. Duerme la mano que se niega a escribir los pensamientos que si se plasman, permanecen. Duerme también el monstruo ficticio, hasta la próxima vez que despierte con la fuerza de la angustia, el miedo, la incertidumbre.
Un mensaje da el sosiego. Una risa la plenitud del momento.

miércoles, 28 de abril de 2010

Aparecida

¿Quién era ella? Sin saber su nombre, apenas recordaba como corría por las calles, desesperada en harapos, escondida en el mundo sin rostro ni baño tibio. Se le apareció un lunes crónico, preludio a la invasión del juego adulto. La vio caerse como tonta en las gradas. Se levantó, se arregló los huesos y entró a un lugar de aspecto inhóspito. "joie de vivre" dijo con voz de código y el lugar desapareció ante él.

Cautivante misterio - pensó. Todos los lunes camina por las calles desde la última vez que la vio. Algunas veces escucha voces cantando: "our live like the verse of a song heard in the mountains/give me your hand and love and join your voice with mine we'll sing of the hurt and the pain and the joy of living..."