miércoles, 1 de enero de 2014

Sin disfraz

Como lo compartí hace tiempo, La Carrera San Silvestre ha sido una tradición familiar y desde que recuerdo es la manera en que celebramos el año nuevo. Ahora que de alguna manera he mantenido  la afición a la fotografía he aprendido a observar un poco más y creo que por ello entre todo lo vivido en la Carrera y las fiestas de fin de año no pude pasar por alto el ver las distintas ventas informales que normalmente acompañan todo tipo de eventos. Primero, me sorprende que sabiendo el porcentaje tan alto de personas que viven de esta manera nadie parece darle demasiada importancia ¿por qué? Se ha naturalizado como parte de la vida diaria y se acepta, ya sea por un sentimiento de tranquilidad de "al menos no están robando" o adormecidos por el sistema económico en el que nacemos y en el que nos vamos acomodando porque esto es lo que hay, no creemos que la situación pueda cambiar o dado que no "afecta" nuestro estilo de vida, lo vemos con indiferencia.

Segundo, ¿Por qué debiera importarnos? El reconocer que hay menos oportunidad de empleo formal que informal debiera ya darnos una pista. Según el Informe de Desarrollo Humano 2011-2012 “el crecimiento económico ha estado desligado de la generación de empleo formal, creando una brecha entre la oferta y la demanda laboral.” Y por ello existe un mayor número de personas trabajando en el comercio informal lo que significa menor calidad de vida para ellos y sus familias. Guatemala nunca podrá ser la Ciudad Cayalá si no hay mejores oportunidades de educación y empleo.


Tercero, hace unos días pasando canales en la televisión encontré a una analista política decir "se cortan las venas porque Justin Bieber se suicida del twitter pero no les importa lo que pasa en Siria" Debo reconocer que la comparación no me produjo ninguna indignación, pues creo que son dos cosas distintas, la cultura del entretenimiento pop y su fanatismo y la guerra en Siria están en dos clasificaciones distintas, pero sí me hizo pensar si es que los cambios surgen con la indignación y más aún cuestionarme cómo crear en las futuras generaciones el pensamiento crítico y la consciencia social. ¿De qué manera el poner el tema sobre la mesa ayuda a disminuir la brecha evidente que hay en Guatemala, dónde no se necesita ser mago para saber qué tipo de oportunidades les espera a los jóvenes dependiendo del contexto donde viven?






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