miércoles, 3 de septiembre de 2014

Viajar es vivir. Morning Session#1 (Versión mejorada)


De Hans Christian Andersen es la frase "Viajar es vivir"  y desde mi experiencia puedo decir que durante mucho tiempo me ha interesado viajar, descubrir nuevos lugares y conocer nuevas personas. Esta sed de aventura me llevó hacia muchos cambios de vida como ir de misionera a México, a la Jornada Mundial de la Juventud en Europa, viajes de trabajo a Belice, Miami, Dinamarca; incluso de buscar el sueño americano en Estados Unidos y terminé lavando ollas y pelando pollo en un restaurante (experiencia que no aguanté más que dos semanas).De eso ya hace varios años y aunque veo con nostalgia esos lugares y experiencias que no regresarán, percibo que han moldeado  mi personalidad. Me ha ayudado a ser menos miedosa, a enfrentarme con mi soledad, a valorar lo que dejo en casa, a construir nuevos sueños...pero siento que tengo el deber de cuestionar la frase. No estoy segura si viajar es vivir si no va acompañado del sentido del viaje. Es decir si lo vivido no se transforma en un plus a la cotidianidad. A veces me sorprendo pensando que quisiera vivir en Dinamarca... Dinamarca aquí, Dinamarca allá, como una enamorada que añora el reencuentro de su ser amado, sólo que no es un ser sino un pedazo de tierra de 43,098 km2.

La última vez que fui al "cine" fue en el salón Tras Bastidores del Teatro Miguel Angel Asturias. Un lugar pequeño que me hacía sentir underground, como si estuviera escondida viendo documentales secretos, chilero. Pues después de ver una bonita película francesa nos preguntábamos con Andrea cómo sería vivir en otro país, las dos con esos ojitos de "ala sí" siempre pensando que es allá, en esos lugares desconocidos donde está la respuesta, donde hay una mejor versión de uno mismo, de la vida, de esos largos parques y paseos a pie, sin la violencia de Guatemala. Retomé el tema, poco tiempo después, tomando unas ricas bolas en el Portalito con unos compañeros de trabajo y justo había una investigadora que vivió en Francia y nos daba esta visión; los extranjeros vienen a Guatemala y les encanta, por todo lo que el país tiene para ofrecer y por el estilo de vida que desde una clase media se puede vivir. "Francia es carísimo" dijo.

Creo que hay aún mucho que conversar sobre este tema, aún no se ha dicho todo lo que se tiene que decir del ser humano y su ímpetu deseo nómada, ese gen de no estarse quieto. Llegar a un lugar para luego querer irse a otro, llegar al otro y pensar en lo bueno del otro que se dejó pero en lo bueno que se podría encontrar en el nuevo al que no se ha ido...Claro, estar en esos lugares que son mágicos (como Dinamarca :P), que por su historia y sus edificios antiguos, sus climas ajenas contienen una energía que vitaliza, que emociona.

Entonces

¿Viajar es vivir?

Sí, desde el sentido que aporta hacia nuevas realidades que inevitablemente llevan a una sensación de transcendencia y universalidad.

No, desde el sentido que vivir es también desde lo local, una mirada hacia la satisfacción cotidiana, la tranquilidad del estar cómodo en el ser, en la plenitud del reconocimiento de lo propio.

En nuestros car chats con Sophi, ella mencionó algo que me pareció muy interesante. Hablábamos de la satisfacción. ¿Cuándo va a estar uno satisfecho? ¿Cuántos viajes te harán sentir pleno? Quizá quienes nunca han emprendido un viaje y no han visto toda esa vastedad, aquellos que viven en su espacio sin cuestionarse, son verdaderamente felices.

Las anécdotas e historias que pueden contar aquellos que no se marchan, que descubren en los pequeños detalles, que realmente conocen su lugar y por ello no desean marcharse...

Termino con una bellísima frase de una entrevista (muy bella) a Jorge Luis Borges:

 "La tarea del arte es esa, transformar lo que nos ocurre continuamente, transformarlos en símbolos, transformarlos en música, transformarlos en algo que pueda perdurar en la memoria de los hombres y cumplir con nuestros deberes, sino nos sentimos muy desdichados" 


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