Llevo marcada la palabra:
sucia, revuelta, mal puesta.
La llevo todos los días.
La mitad de la naranja sin apellido,
aquí no llegan tus buenas noticias
y tus risas se ahogan sin sentido
La religión mece tu nombre
porque no encontramos otro sitio
para enterrarte.
Vives, sí; pero no en este jardín.
Aquí regamos flores sin espera,
y descansamos bajo árboles frondosos
Ella.
Guerrera,
luz
viento;
Ella es, y siempre que sea estarás tú
pero no en la sala con fotos de abandono
ni en la victoria o derrota de tu partida.
Cantaremos juntas una nueva canción
de la que nunca sabrás la melodía
Cristina H.
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