Por: Cristina Hernández
Busco.
Los barrios y la guitarra lo tienen.
En la repisa,
Busco.
En la narración de un rostro,
La noche de los domingos a las 6 de la tarde lo tienen.
Todos lo tienen
En los frascos de vidrio,
En la voz de Felipe adolescente.
En mi planeta perdido,
En su sonrisa cómplice,
En la de un extraño.
En el sol vivido,
En la penumbra.
Alcanzo a observar a un gato antes de saltar a otra casa, lo tiene.
La guitarra, los pasos, el aire, el carrito pequeño donde caben.
domingo, 19 de mayo de 2019
viernes, 3 de mayo de 2019
Soledad. Rainer Maria Rilke
“Por eso, querido señor, ame su soledad, soporte el dolor que le ocasiona; y que el son de su queja sea bello. Pues los que están cerca de usted están lejos, dice; y esto demuestra que se forma un ámbito en torno de usted. Y si su cercanía es lejana, entonces su ámbito ya linda con las estrellas y es casi infinito; regocíjese de su adelanto, en el cual, claro es, no puede llevar consigo a nadie, y sea bueno con los que se rezagan, y esté seguro usted y tranquilo ante ellos, y no los atormente con sus dudas y no los intimide con su confianza o su gozo que no podrían comprender. Procure cierto modo de comunión sencilla y leal con ellos, comunión que no debe cambiar necesariamente aun cuando usted mismo experimente sucesivas transformaciones; ame en ellos la vida bajo una forma extraña y sea indulgente con los hombres que envejecen, pues temen la soledad en que usted confía. (…)
Pero su soledad, aun en medio de muy inusitadas condiciones, le será sostén y hogar; y desde ella encontrará usted todos sus caminos”.
Rainer Maria Rilke
martes, 16 de abril de 2019
Canto a mí mismo - Walt Whitman
“El pasado y el presente se marchitan.
Y los he llenado y los he vaciado a los dos
y prosigo llenando lo que me espera en el futuro.
Y ahora vosotros, los que me habéis escuchado,
levantaos. ¿Qué tenéis que decirme?
Miradme a la cara, mientras respiro por última vez bajo las sombras de la tarde.
(Hablad sinceramente, nadie os escucha y sólo dispongo de un minuto.)
¿Qué tenéis que decirme?
¿Qué me contradigo?
Sí, me contradigo. Y ¿qué?
(Yo soy inmenso…
y contengo multitudes.)
Me dirijo a los que están cerca
y espero en el umbral de la puerta.
¿Quién ha terminado su trabajo?
¿Quién ha concluido de cenar?
¿Quién me acompaña?
¿Quién viene conmigo?
O ¿vais a hablar cuando ya me hay ido y sea demasiado tarde?”
Walt Whitman
Y los he llenado y los he vaciado a los dos
y prosigo llenando lo que me espera en el futuro.
Y ahora vosotros, los que me habéis escuchado,
levantaos. ¿Qué tenéis que decirme?
Miradme a la cara, mientras respiro por última vez bajo las sombras de la tarde.
(Hablad sinceramente, nadie os escucha y sólo dispongo de un minuto.)
¿Qué tenéis que decirme?
¿Qué me contradigo?
Sí, me contradigo. Y ¿qué?
(Yo soy inmenso…
y contengo multitudes.)
Me dirijo a los que están cerca
y espero en el umbral de la puerta.
¿Quién ha terminado su trabajo?
¿Quién ha concluido de cenar?
¿Quién me acompaña?
¿Quién viene conmigo?
O ¿vais a hablar cuando ya me hay ido y sea demasiado tarde?”
Walt Whitman
jueves, 4 de abril de 2019
El Reencuentro
Por: mycrisher
En esa noche en la que escarbar el pantalón era señal que había olvidado su bolígrafo y que seguramente iba a perder nuevamente las palabras de su historia, Julián había decidido salir.
Llevaba una mochila negra que contenía: la última versión del Tiempo Principia en Xibalbá, un borrador, monedas y piedras con nombres de lugares. Entró al bar de siempre. Pidió una lager, abrió su cuaderno.
Ahí el mapa manchado de vino, marcados con un triángulo los lugares que nunca debía visitar. En color verde los que habían recorrido juntos. ¿Dónde la encontraría? Habían leído Rayuela y decidido dejar al azar su próximo encuentro. De eso ya habían pasado 20 años.
viernes, 8 de marzo de 2019
La Cámara del Terror-Manuel José Arce
De repente estoy triste
--aunque tú no lo sabes
Se derrumban de pronto
torres y catedrales.
Se nos queman las alas
y hasta las ganas de vivir se caen.
Se nos vuelven más largas y más sordas las calles.
La tristeza nos coge
a patadas infames.
Es de pronto. Al doblar una esquina.
Al decir una cosa. Al saludar a alguien.
Es una bofetada sorpresiva esta tristeza tonta.
Pero tú no lo sabes.
Porque si lo supieras tendría algún sentido.
Esta manera amarga sería menos grave.
Pero tú no lo sabes.
Y si tú no lo sabes ya no lo sabe nadie.
Ni importa que lo sepa alguna gente.
Ni es tampoco importante.
Es un poco molesto nada más
desangrarse.
Es tonto y sucio.
Sería más higiénico llegar al sicoanálisis.
De que sirve todo esto
cuando Dios se tropieza en una esquina y cae.
Cuando el cielo se vuelve algo tan torpe
que sólo sirve para molestarme.
Cuando me cae mal toda la gente.
Cuando es ridículo hasta el preguntarme.
Cuando se pone triste hasta la sombra.
Cuando tú no lo sabes.
Y si tú no lo sabes
no importa que lo sepa nadie.
Nadie.
jueves, 10 de enero de 2019
B'atz-hilo
Hoy es un nuevo
día de enero, B’atz, que significa hilo, un día para hablar sobre el tiempo. En
este nuevo año en que no empezamos desde cero sino que llevamos una continuidad
con el pasado. El hilo del tiempo y del desarrollo de nosotrxs y de la
sociedad.
Las energías
de un nuevo año pueden significar muchas cosas… ¿Qué queremos dejar atrás y qué
queremos llevar con nosotros en este nuevo ciclo? ¿Qué idea fuerte y poderosa
queremos nos acompañe en nuestro camino?
No sé qué hacer en el mundo, a dónde ir. He estado bastante introspectiva en estos meses producto de un rompimiento que me ha dolido como oso en ataque de esquimal en pleno frío. Así que el fuego que otras compañeras me han dado, ha sido invaluable. Y esta despedida no ha hecho más que forzarme a hurgar dentro de mí para construir mi iglú.
He pensado mucho en la tristeza. La voy viviendo en el cuerpo en
una especie de infrarojo con sus diferentes densidades y adjetivos. La he
pensado como amiga y como enemiga.
Debo afrontar mis miedos y mis inseguridades. Debo enfrentar
esta yo que no es perfecta pero lo más importante, se tiene a sí misma. Nadie
me puede abandonar si yo no puedo abandonarme, yo siempre seré yo, vengan y
vayan gentes. Si yo no me abandono, todo está bien.
Pero es dificil. Duele. Unos días más que otros. Escribo mucho, leo. Abrazo a mi infante, busco respuestas.
miércoles, 26 de diciembre de 2018
Luis Cernuda-Donde Habite el Olvido
Luis Cernuda-Donde Habite el Olvido
Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.
Donde habite el olvido.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)