miércoles, 28 de septiembre de 2011

Poema de Vania Vargas


 De Quizá este día tampoco sea hoy (Catafixia editorial, 2010)

Mi madre siempre soñó con las tardes soleadas de noviembre
con salir a la puerta a recibirme
verme descender de un automóvil propio
que llenara la casa paterna de pasos pequeños
gritos y risas

Ahora está convencida de que hizo algo mal
y a veces se pasa los días
haciendo recuentos de errores inexistentes
que expliquen los boletos contra el tiempo
las maletas que nunca se vacían / las camas solas
y los apartamentos sucios
en ciudades que pensó que había abandonado para siempre

Nunca he podido explicarle
cómo puede tener tantos rostros el amor
cómo repetimos las mismas palabras / los lugares / las caricias
y la felicidad llega a convertirse
en eso que intuíamos otra cosa
cuando éramos felices

Hay días que me cuentan
que se encierra en su cuarto
y que la han visto llorar

Eso sí aprendí a hacerlo igual

viernes, 23 de septiembre de 2011

Indígena es una mala palabra

En el trayecto a Pasos y Pedales iba con mi sobrina de 7 años hablando de política (ella empezó el tema) y no recuerdo exactamente el diálogo previo, pero estaba haciendo referencia a la candidata Rigoberta Menchú y mencioné la palabra “indígena”:

- ¡Sh! tía, ésa es mala palabra
- ¿ah? ¿por qué? Contesté, deteniendo (muy poco) mi sorpresa y aflicción
- En el recreo un niño le dijo a otro “no seas indio” y la maestra lo regañó   
  porque le dijo que era mala palabra.

Dejo la anécdota ahí para desmenuzar la variedad de lecturas que se pueden hacer en torno al tema. De más está decir que en Guatemala se utiliza constantemente sin exclusión de ningún estrato social la palabra “indio”; de forma peyorativa en algunos casos y en otros “supuestamente” sin acto consciente. He escuchado a amigos decir: “Es que yo no lo digo por discriminar” pero ¿es un error pensar que una palabra se pueda utilizar de forma ingenua sin que al decirla se perpetúe la  clara imagen colonialista dentro de los signos lingüísticos que nos representan? Es claro,  lo vivimos a diario.  Se cubre bajo la manta de la costumbre y de una ingenuidad que enoja pero que al mismo tiempo evidencia la falta de atención que tenemos no sólo ante el problema de discriminación y racismo sino al problema de no pensar del por qué usamos las frases que usamos, por qué de ciertas bromas que no son creaciones propias sino que han sido impuestas por un sistema. No es exagerar, es una necesidad profunda, urge darnos cuenta que en detalles tan “pequeños” como lo es lenguaje, se podría lograr un cambio, construir un puente, pasos que permitan aceptarnos, valorarnos todos los que vivimos en Guatemala, sin exclusión. De que sirve hablar de igualdad y dignidad si en la práctica no se ve un esfuerzo en enderezar lo que está torcido.

Por otro lado, me llamó la atención como mi sobrina no entendió la comparación errónea indio=necio. Su respuesta ante la enseñanza de la maestra fue sólo de obediencia sin comprensión. Y esto refleja una debilidad en la forma en que somos educados. Sentimos que el desarrollo en nuestro país no es tan lejano  porque tenemos globalización: multinacionales, grandes edificios, centros comerciales, pasos a desnivel, etc. pero son, nuevamente una manta que cubre la realidad de nuestro mediocre sistema educativo.

¿Por qué no empezar evidenciando estas malas prácticas?.En la casa, en la calle, en las fiestas; discutamos, abramos espacios, platiquemos. Vivamos en la cotidianidad nuestra cuota de cambio.

A propósito de racismo y prejuicios raciales: http://muralles.net/blog/2011/09/unesco-sobre-racismo-y-prejuicios-raciales/

domingo, 18 de septiembre de 2011

La fotografía y los "green beans"

Empecé a interesarme en la fotografía hace unos meses. Como me pasa con todo lo nuevo, primero me emociono,  luego me frustro y termina la historia en intentar algo diferente. Me gusta aprender pero se me dificulta la perseverancia.  Estoy en la etapa en que ya me frustré y sigo interesada, así que tengo un buen presentimiento. En fin, quisiera compartir un par de cosas que he aprendido en esta travesía.

Lo primero que te dicen y me parece muy buen incentivo es que no importa qué tan cara o barata sea la cámara para tomar una buena foto. Claro que el que te lo dice normalmente tiene una súper cámara y luego te enseñan los diferentes tipos de lentes con sus efes y emes y las fotos tan increíbles que se logran a un gran costo, literalmente. Pero creo que ciertamente, se trata de ser creativos con lo que se tiene. En mi caso tengo una Canon EOS Rebel K2, de rollo. Al principio me sentía en desventaja porque era la única del curso que tenía cámara de rollo, pero conforme ha pasado el tiempo he descubierto que no es tan caro y que presenta beneficios. Ha sido muy reveladora la relación entre la señorita que revela mis rollos y yo (usé la palabra reveladora a propósito jeje)  Primero porque después de verme tan seguido me han bajado el precio del revelado a la mitad y ya tengo tarifa de “fotógrafo” qué tal :) y hoy después de mi revelado me dice:  ¿Por qué no prueba los rollos propack? Los fotógrafos que vienen aquí compran de esos. Estos rollos cuestan la mitad de lo que yo compro, já, qué interesante dije yo… y qué buena noticia encontrarse con personas que no buscan “vender” sino realmente ayudar (aunque me lo pudo haber dicho antes, pero está bien, no me quejo).

Otra de las ventajas que para los usos que a mí me conciernen presenta la fotografía no digital es que me ayuda a pensar y no tomar fotos a lo loco, que con mi personalidad no dudo que eso hubiese pasado. No puedo tomar 10 fotos y quedarme con la que salga mejor, tomo lo más 3 y me arriesgo; me ayuda a prestar mayor atención.

Pienso que lo más importante,  lo que más agradezco de esta experiencia es la oportunidad de vivir con mayor "perspectiva" pero en el sentido de las diferentes formas de ver el mundo, ahora distinto, o mejor dicho verlo realmente; contemplar sus colores, sus líneas, las curvas de una carretera, los cambios de luz… ahh tanta metáfora que abunda sobre la luz, ese símbolo de vida, es hermoso.  Al final tomar buenas o malas fotos no es tan importante como lo es el permitirse vivir el privilegio de ser testigo de lo que pasa a nuestro alrededor, de los miles de signos y símbolos que nos rodean.

Quiero terminar con una historia, que siempre cuento (es que me impactó, en serio) resulta que cuando estaba en mi bella época colegial, había una exposición de pinturas en el IGA. Cada vez que salía del colegio, había una en particular que siempre estaba a mi vista, yo sólo veía unas líneas en espiral (los pintores y su abstracción al fin y al cabo -pensé). Pero en una de esas salidas me detuve y vi el título: “Green beans"; cuando mis ojos se encontraron nuevamente con la pintura vi perfectamente clara, la planta de ejotes,  sus detalles, sus frutos escondidos, fue increíble, adquirió un significado, un sentido.

Roland Barthes decía que una foto te permite hacer, experimentar, mirar y en cada una hay emociones o intenciones. Me gustan esos verbos, me gusta la fotografía.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Señas chapinas

A pocos días de las Elecciones en Guatemala, una amiga hizo una observación que yo había descuidado, sobretodo porque evito ver (aunque en realidad es inevitable la contaminación visual) la propaganda de los partidos políticos. En fin, resulta que los seres humanos estamos llenos de signos y señas, es la forma en que logramos dar a conocer nuestro abstracto. Interesante que muchos partidos políticos escogen las manos para transmitir estas ideas y con interesante lo que realmente quiero decir... mi querida y adolorida Guatemala, tus manos están en las calles, pero yo sé que no son las tuyas y que a escondidas estás haciendo otra seña, una mucho más chapina.