martes, 29 de septiembre de 2015

Hoy no quiero morir


Confieso que la idea ha sido más dulce que amarga. Apagar la luz y dejar que todos los demonios y santos fluyan en el drenaje de la mortalidad; Ahí la insensatez, lo no cumplido, la goma, el dolor; la alegría, la felicidad de a veces, lo aprendido. Las personas que se extrañan porque no pueden, porque no quieren, porque no están. La vergüenza. Los pocos logros, los muchos sueños. La apatía, el sueño, el hambre, el sexo...el beso. La agonía de un te amo que teme perder. La risa limpia y cotidiana de un buenos días. Ese respirar ingenuo porque es. Hasta que en el sueño más profundo se teje un obituario que nadie leerá.

Pero ayer en la madrugada,no encontraba al calor, ni a la luz, ni a las personas que dormían. Ausente también la percepción y el tiempo. No habían escaleras que bajar o subir, no habían personas en qué pensar, objetos que desear, libros en donde perderse o ganas de hacer el amor.

Y un miedo intenso, horrible, triste, llegó a mi cama dejándome abatida.
La lluvia entonces junto con la soledad, me alejaron de mi realidad cantándome su canción.