viernes, 26 de septiembre de 2014

Cita con el Dentista. Un combate a la fobia



Instrumentos de exploración dental. Me tiembla el cuerpo, la fobia anuncia su entrada real mientras el ruido de la máquina anuncia la hora. Los doctores examinan la radiografía mientras mi cuerpo yace ahí como un cordero que no está seguro si será sacrificado o quizá otro día, quizá digan, no es necesario, vaya a su casa a descansar

- rrrr rrrrr máquina con euforia grita que está lista
- Pienso en María Renée, sus cachetes, sus colochos, respira Cristina, sólo respira
- taladro dental gira a gran velocidad. Retirar y reparar, es la consigna
- la saliva cae del otro lado, despacito hasta el lóbulo de la oreja, cierro los ojos
 Abra más la boca
- no puedo respirar, me ahogo. María Renée sonríe, María Renée hace pucheros, María Renée,María Renée... respiro
- Le vamos a poner un "poquito" de anestesia
- aprieto mis manos, mi orgullo, mis deseos de salir corriendo
- *sonido de aguja carcajea en silencio penetrando el tejido conectivo rosado*

Nada se adormece, mis sentidos están demasiado despiertos, atentos tratando de entender los diferentes tipos de dolor que existen, el de la encía, el de la sangre escurriendo, el sabor de un líquido extraño, la ignorancia de lo que está pasando, sólo veo unas lámparas al fondo que tienen malas las bombillas, la rajadura de la pared, el sagrado título que acredita este rito y mis imágenes que me salvan.

jueves, 18 de septiembre de 2014

A propósito de los puertos


"¿Un lugar seguro? Me sorprende la falacia. Los puertos pueden ser lugares sucios, infestados de burdeles, cantinas y otros comercios ilícitos. Aunque por un tiempo su vida bulliciosa y ocupada puede atraparnos, llega el día en que es preciso levar anclas. La inmensidad del mar apabulla a cualquiera. Navegar puede ser terrible. Sin embargo, hay algo en él que deja respirar."
 Carol Zardetto en Con Pasión Absoluta.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Viajar es vivir. Morning Session#1 (Versión mejorada)


De Hans Christian Andersen es la frase "Viajar es vivir"  y desde mi experiencia puedo decir que durante mucho tiempo me ha interesado viajar, descubrir nuevos lugares y conocer nuevas personas. Esta sed de aventura me llevó hacia muchos cambios de vida como ir de misionera a México, a la Jornada Mundial de la Juventud en Europa, viajes de trabajo a Belice, Miami, Dinamarca; incluso de buscar el sueño americano en Estados Unidos y terminé lavando ollas y pelando pollo en un restaurante (experiencia que no aguanté más que dos semanas).De eso ya hace varios años y aunque veo con nostalgia esos lugares y experiencias que no regresarán, percibo que han moldeado  mi personalidad. Me ha ayudado a ser menos miedosa, a enfrentarme con mi soledad, a valorar lo que dejo en casa, a construir nuevos sueños...pero siento que tengo el deber de cuestionar la frase. No estoy segura si viajar es vivir si no va acompañado del sentido del viaje. Es decir si lo vivido no se transforma en un plus a la cotidianidad. A veces me sorprendo pensando que quisiera vivir en Dinamarca... Dinamarca aquí, Dinamarca allá, como una enamorada que añora el reencuentro de su ser amado, sólo que no es un ser sino un pedazo de tierra de 43,098 km2.

La última vez que fui al "cine" fue en el salón Tras Bastidores del Teatro Miguel Angel Asturias. Un lugar pequeño que me hacía sentir underground, como si estuviera escondida viendo documentales secretos, chilero. Pues después de ver una bonita película francesa nos preguntábamos con Andrea cómo sería vivir en otro país, las dos con esos ojitos de "ala sí" siempre pensando que es allá, en esos lugares desconocidos donde está la respuesta, donde hay una mejor versión de uno mismo, de la vida, de esos largos parques y paseos a pie, sin la violencia de Guatemala. Retomé el tema, poco tiempo después, tomando unas ricas bolas en el Portalito con unos compañeros de trabajo y justo había una investigadora que vivió en Francia y nos daba esta visión; los extranjeros vienen a Guatemala y les encanta, por todo lo que el país tiene para ofrecer y por el estilo de vida que desde una clase media se puede vivir. "Francia es carísimo" dijo.

Creo que hay aún mucho que conversar sobre este tema, aún no se ha dicho todo lo que se tiene que decir del ser humano y su ímpetu deseo nómada, ese gen de no estarse quieto. Llegar a un lugar para luego querer irse a otro, llegar al otro y pensar en lo bueno del otro que se dejó pero en lo bueno que se podría encontrar en el nuevo al que no se ha ido...Claro, estar en esos lugares que son mágicos (como Dinamarca :P), que por su historia y sus edificios antiguos, sus climas ajenas contienen una energía que vitaliza, que emociona.

Entonces

¿Viajar es vivir?

Sí, desde el sentido que aporta hacia nuevas realidades que inevitablemente llevan a una sensación de transcendencia y universalidad.

No, desde el sentido que vivir es también desde lo local, una mirada hacia la satisfacción cotidiana, la tranquilidad del estar cómodo en el ser, en la plenitud del reconocimiento de lo propio.

En nuestros car chats con Sophi, ella mencionó algo que me pareció muy interesante. Hablábamos de la satisfacción. ¿Cuándo va a estar uno satisfecho? ¿Cuántos viajes te harán sentir pleno? Quizá quienes nunca han emprendido un viaje y no han visto toda esa vastedad, aquellos que viven en su espacio sin cuestionarse, son verdaderamente felices.

Las anécdotas e historias que pueden contar aquellos que no se marchan, que descubren en los pequeños detalles, que realmente conocen su lugar y por ello no desean marcharse...

Termino con una bellísima frase de una entrevista (muy bella) a Jorge Luis Borges:

 "La tarea del arte es esa, transformar lo que nos ocurre continuamente, transformarlos en símbolos, transformarlos en música, transformarlos en algo que pueda perdurar en la memoria de los hombres y cumplir con nuestros deberes, sino nos sentimos muy desdichados" 


martes, 2 de septiembre de 2014

Formas de empezar la mañana


¿Eres de los que despiertas temprano y tomas el día con la frescura del aire nuevo, caminas despacio con suficiente tiempo para tomar con las dos manos el café y evocar una sonrisa lista, dispuesta para asumir el día, evitando que sea el día quien te tome por sorpresa?  - Yo no, por eso escribo este post.

Sin embargo, en estas últimas semanas he estado despertando con el sabor del idioma inglés y cada mañana un sorbo de conversación llega a mis sentidos y transforman mi día con una nueva idea o una máxima de vida, o esa sensación que mis experiencias han valido la pena. Así las pláticas con Sophi. Las plasmo en este espacio para recordarme de este regalo que llegó en un momento justo, como si realmente hubiese una conexión entre mis luchas sentimentales y los abrazos de la vida. Es difícil de explicar una vivencia así. Cuando emocionada lo cuento, las personas les llega a su cerebro como un rebote de alguna mala traducción y no comprenden. Pero Sophi, a pesar que le llevo más de 10 años de edad, que vive en un país con una cultura distinta y demás; me entiende, y eso es lo genial del asunto. Y también me ha dado por pensar que somos más personas las que nos entenderíamos (conozco unos cuantos), sino anduviéramos regados por el mundo (y quien sabe también en otras galaxias), sin conocernos. Entender esta locura de cuestionarnos todo de la vida sin ser psicólogos o filósofos, que desde el ser ingeniero, politólogo, diseñador, vemos la vida con ojos de pregunta y boca de posibles respuestas. Claro que no es ella la única persona con la que he podido entenderme, pero valoro esto del día a día, estos momentos de ráfagas conversaciones, significativas, cotidianas, de la mañana.

Hoy por ejemplo, me quedé con la sensación que mis experiencias han valido la pena para ser más fuerte. Es decir que tal vez me ha llevado más tiempo llegar a estar más tranquila con mi ser (si es que eso es posible), dejando de ver lo que otras tienen para apreciar lo que yo he construido. Domar mis demonios pues, ha llevado su tiempo, pero estoy en un momento de la vida en que creo que ya le voy agarrando el modo a mi yo (que también ya era hora no). Y llegar a decir esto, es también asegurarme para mis próximos años,  una vida más cómoda conmigo misma. La pregunta si quisiera que mi hija viviera un vida de "no pensar tanto la vida y sólo vivirla" me deja un poco en jaque. Porque si bien, comprendo que hoy soy fuerte, no quisiera que ella pasara por todo lo que he pasado. Entonces, ¿cómo podría ella ser fuerte? Y, ¿quisiera que ella fuera esa ingeniera, científica, bombero que se cuestiona todo o que sólo se dedique a una pasión? Uf, me la ponen difícil.

La conversación termina con una frase de Murakami y un artículo sobre la influencia de las madres en el desarrollo de los hijos.

Al final de cuentas, pienso que lo importante es tener claridad en lo que se puede y no se puede escoger. Y partir de ahí.

La palabra del día es:  sounding board