jueves, 13 de octubre de 2011

La Cámara Lúcida - Nota sobre la Fotografía

Desde hace ya algunos meses tengo en mi poder (de forma digital) La lectura de la Cámara Lúcida de Roland Barthes y hasta ahora terminé, me tiene muy contenta las aportaciones que ha hecho a mi aventura fotográfica; creí que iba a ser muy complicado  pero tratándose de una Nota su lenguaje es muy cercano e incluso personal, una buena parte (sino la más importante) es acerca de  su madre y  todo lo que la fotografía a partir de tan íntimo sentimiento permite o no permite. Este espacio no pretende ser un ensayo ni busca ahondar en el 100% de su lectura, así que dejo a mi discreción ciertos elementos que consideré importantes. Roland Barthes es un autor que me provoca una curiosidad caprichosa. Estudió sociólogía, filósofo, semiólogo, teorista literario, crítico,  entre otras más, empecé a leer sus libros de semiología y me fue muy difícil, es una lectura "pesada" que espero algún día retomar (me interesan los signos). Sin embargo gracias a Morena supe que también había escrito sobre fotografía y ahí sí logré encontrar el punto intermedio.

  •  “La fotografía repite mecánicamente lo que nunca más podrá repetirse existencialmente”
En todo el libro el autor constantemente menciona lo ligado que está la muerte a la fotografía en el sentido que es un signo que plasma una muerte futura.  “Todos esos jóvenes fotógrafos que se agitan por el mundo consagrándose a la captura de la actualidad no saben que son agentes de la Muerte” y menciona que la muerte debe estar en alguna parte, se asume de alguna forma (no solamente en la religión) y es en la fotografía dónde se encuentra ahora. (dato curioso: el autor menciona que la fotografía a diferencia de lo que se piensa no logra el caracter de arte a través de la pintura sino del teatro, el teatro en sus inicios buscaba un culto de los muertos “maquillarse suponía designarse como un cuerpo vivo y muerto”.) 

Tomando en cuenta dicho elemento me considero un agente de la historia, de mi historia (también él habla de la historia y su contradicción pero no tocaré su punto) Barthes me motiva no sólo a ver sino comprender lo que significa “estar ahí”. 

Esta consciencia de mi “estar ahí” me ha ayudado sobretodo porque cada vez que salgo a tomar fotos tengo ese miedo de no poder tomar buenas fotografías, de no comprender el mejor ángulo, la velocidad, el tiempo, etcétera y me ayuda ahora pensar “soy la que está ahí” no importa si no logro la mejor técnica, pero estoy capturando un momento que es parte de mi contexto, de mi ser en sociedad, de este presente. 

  • Studium y Punctum
Palabras en latín que el autor explica en detalle.  Todos hemos experimentado esa indiferencia cuando vemos fotografías que no nos provocan ninguna sensación, incluso siendo imágenes fuertes, esta indolencia es parte del studium, “no es mi goce ni dolor”, “gusto inconsecuente: me gusta, no me gusta” es un interés vago hacia las personas o las actividades u objetos. Pero también es un interés de carácter cultural, un interés porque sorprendan, informen, representen un contexto. Y por el lado del operator (el que toma la foto) es lograr que la foto sea exitosa en dichos términos.

El Punctum, pinchazo o casualidad, es cuando el azar en la fotografía permea hasta lo más hondo del espectador. El autor explica en detalle en el último capítulo como una foto de su madre cuando era niña logra la profundidad necesaria para ser un punctum, del proceso de reconocimiento de la imagen, el recuerdo, la nostalgia, la muerte, la identificación. Cada uno tenemos -la foto- que nos hace vivir dicha experiencia. 

  • La sorpresa en la fotografía
Explica 5 tipos de sorpresas (distinto del punctum), el “choque” que consiste en revelar lo escondido, incluso para el propio fotógrafo. La primera sorpresa es lo raro (las uñas de los dedos en un retrato por ej.), la segunda es inmovilizar lo que el ojo no hubiera podido (una persona que se salva de ser atropellada), la tercera es la proeza (uso su ejemplo: “la caida de una gota de leche a la millonésima de segundo”) la cuarta sorpresa es la que he visto en la mayoría de nosotros (los amateurs): las “contorsiones de la técnica” el  desencuadre, desenfoque, mezcla de perspectivas, etc. y por último la quinta sorpresa es el poder retratar escenas naturales. 

Tomando en cuenta todo lo que se menciona, es consecuente que el pensamiento se apodere de preguntas como ¿qué es lo que busco a la hora de fotografiar? ¿qué me interesa y por qué? Es la estética o me interesa utilizar la fotografía como medio para revelar un contexto económico-político-social, a lo mejor una idea,  y si escojo lo segundo  ¿de qué manera lograr que una fotografía sea “pensativa”?

Mucho más ha dicho el autor y me quedo con estas preguntas en mi mente (otro día hablamos del éxtasis locura/realismo fotográfico). 

Los dejo con una frase del autor que me dejó pensando:

"Ante los clientes de un café, alguien me dijo justamente: -mire qué mates son; en nuestros días las imágenes son más vivientes que la gente". Una de las marcas de nuestro mundo es quizás este cambio: vivimos según un imaginario generalizado."



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